El presidente Enrique Peña Nieto realizó sus reacomodos previo a la rendición de su tercer informe de gobierno, con la pretensión de sacudirse las presiones de los grupos de poder y conducir de manera unipersonal su sucesión, pero en Zacatecas no se observan los movimientos en el gabinete y tampoco en el PRI para conducir una sucesión adelantada que está generando dispersión en el equipo gubernamental.
En este contexto se dan los reacomodos, naturales por supuesto, en los distintos partidos políticos en los que se inicia una nueva etapa de la lucha por el poder en México con repercusiones en los 12 estados que, como Zacatecas, renovarán el próximo año gubernaturas.
El PRI zacatecano por ejemplo envió cuatro diputados federales que ayer rindieron protesta al constituirse formalmente la 63 legislatura en San Lázaro, a la que por cierto solo asistieron 485 de 500 miembros del Poder Legislativo, de los cuales, un legislador priista electo, David Sánchez, es acusado de malversación de fondos y está pendiente la definición del Distrito 1 con cabecera en Aguascalientes, donde se revocó el triunfo al tricolor.
El PRI tendrá 202 diputados en San Lázaro, cuatro de ellos zacatecanos que están hundidos en el silencio y de los cuales, se ignoran a qué comisiones se integrarán o, si fuera el caso extraordinario, qué comisión presidirán.
Son los legisladores que deben su triunfo al gobernador Miguel Alonso, al que le deben lealtad e incondicionalidad, aunque hubo reclamos de uno de ellos por las circunstancias como se desarrolló el proceso en el Distrito 1 con cabecera en Fresnillo, en donde se estuvo a punto de perder la elección.
El otro escenario que podría modificarse, como parte de los reacomodos sistémicos, es el comité estatal priista, pues emerge la incógnita si Pepe Olvera continuará al frente o habrá relevo para la conducción de la sucesión gubernamental, en donde seguramente el nuevo líder nacional Manlio Fabio Beltrones analiza los enroques o cambios en las dirigencias priistas donde habrá elección para renovar el Poder Ejecutivo el próximo y ya inminente 2016.
Mientras tanto el gobernador Alonso Reyes solo realizó cambios obligados en su gabinete, al reacomodar la Secretaría de Gobierno con Jaime Santoyo, en la Procuraduría de Justicia, con Leticia Soto Acosta, en Infraestructura (SINFRA), con Francisco Ibarguengoitia Borrego y la Secretaría de Economía, con Adolfo “Fito” Bonilla Gómez. El resto del equipo gubernamental se mantiene, pese al desgaste político y social.
En el PAN zacatecano su principal activo en la política nacional, José Isabel Trejo Reyes, logró ser incorporado por el nuevo líder Ricardo Anaya en el Consejo Nacional de ese partido, lo que le permitirá mantenerse en la esfera nacional con su alfil en la 63 legislatura, Leonel Cordero Lerma.
Desde ahí Trejo Reyes jugará las cartas de su grupo, observará su partida en el escenario de la sucesión gubernamental, donde siempre apuesta al gobernador en turno, y desdoblará su juego para buscar una candidatura de regreso al Senado de la República, sometiendo a “La Familia Sagrada” en la dirección del comité estatal blanquiazul.
Acción Nacional es objeto de reyertas por los grupos satélites y por quienes ostentan el poder de este partido desde hace tres décadas, pese a que en cada elección se deteriora su imagen, pierde adeptos y sobre todo, municipios en los que había logrado avanzar en la preferencia electoral del estado.
Para muestra, un botón: el blanquiazul carece de una propuesta electoral firme para encabezar una dictadura en la elección del 2016.
Caso similar le acontece al perredismo zacatecano luego de perder la elección del 2010 frente al actual mandatario estatal, uno de sus principales activos en la sucesión de ese año, pero al que Amalia García Medina le cerró el camino por su estrecha vinculación al monrealismo, el fantasma político que hoy pretende engullir a la actual administración.
El perredismo zacatecano no solo carece de un líder fuerte que revierta la tendencia derrotista de este partido en los procesos electorales estatales, sino de un líder que agrupe a la estructura territorial y burocrática, puesto que a su dirigente Arturo Ortiz Méndez, lo rebasan sus diputados de la 61 legislatura. No le reconocen ni autoridad ni liderazgo.
En el Movimiento de Regeneración Nacional los conflictos internos no son la excepción, aunque la imposición del grupo del ex gobernador Ricardo Monreal es un hecho, lo que se evidenció con el nombramiento del presidente de la Soberanía Nacional en el estado, cuando el actual dirigente en Zacatecas, Luis Medina Lizalde pretendió dar madruguete con la designación del diputado local, José Luis Figueroa “El Cepillo”, pero tuvo que admitir reversa con el nombramiento que hiciera el líder nacional, Andrés Manuel López Obrador, en la figura del actual senador David Monreal Ávila.
En este escenario el Partido Verde Ecologista de México presiona para meterse, por primera vez en su reciente historia electoral, al juego de la sucesión gubernamental en Zacatecas, en donde ha escalado peldaños gracias a la alianza con el Revolucionario Institucional.
El senador Carlos Puente Salas, como ya lo he comentado en otras entregas, finca su estrategia en la relación cupular con la Presidencia de la República, pero ha descuidado el trabajo territorial y de contacto social y político con la estructura de su partido en el estado.
Un ejemplo de ello es la reciente renuncia de Gerardo Ramírez y Josué Miranda Castro, este último hermano de Jorge Miranda Castro, asesor del ayuntamiento y ex secretario de Finanzas del gobierno de Amalia García y de Silvia Mendoza, quienes formaban parte de la representación del PVEM en el cabildo de la capital. Decidieron formar un bloque independiente ante el silencio de Cecilia Espino. Ya decidirán a qué partido emigrar en próximas fechas, cuando afiancen posiciones electorales en otro proyecto gubernamental.
Los reacomodos en las dirigencias y en la militancia de los partidos, son parte de la sucesión gubernamental que se generan a ocho días de que inicie el proceso electoral 2016, y de que el mandatario estatal rinda su penúltimo informe gubernamental, en un escenario en el que aumenta el descontento social y una mejor expectativa del rumbo político, económico y social en Zacatecas.
Al tiempo.