El Partido Revolucionario Institucional mostró este domingo que no está dispuesto a ceder el poder en Zacatecas, que evitará por todos los medios a su alcance la llegada de quienes pretendan nuevamente generar una alternancia de gobierno en el estado, pero también evidenció su preocupación por la prematura sucesión gubernamental.
La presencia de Manlio Fabio Beltrones y sobre todo el discurso que pronunció ante sus correligionarios priistas, muestra una de las debilidades de la actual administración: la inclusión social, que ha sido uno de los cuestionamientos que se han levantado en los últimos meses en la realización de las obras de infraestructura, en las que, de acuerdo al V Informe del gobernador Miguel Alonso Reyes, se han invertido 28 mil millones de pesos.
En una masiva concentración de militantes priistas en el Centro Platero de Guadalupe, su líder nacional afirmó que “En el PRI todos cabemos, siempre y cuando tengamos el mismo objetivo y el objetivo es un Zacatecas en crecimiento. Vamos Zacatecanos a refrendar el triunfo del partido en el 2016, sabedores de que el PRI le ha cumplido a Zacatecas y le cumplirá en el futuro también”.
Beltrones fue más específico sobre la problemática de la exclusión en la toma de decisiones en la actual administración, al señalar que “hacia el 2016 el propósito sea caminar en la inclusión, en la unidad y en la visión de un Zacatecas que tiene que seguir adelante, creciendo y cumpliéndole a Zacatecas”.
Pero el dirigente nacional del tricolor no es el único que en el discurso se refiere a la inclusión como una propuesta de conjuntar las voluntades de los zacatecanos, sino también la oposición de izquierda y derecha habla de la necesidad de generar un gran pacto social, una alianza ciudadana que les permita derrotar al priismo en las elecciones del próximo año.
Convocados por el dirigente nacional del PRI en el Centro Platero de Zacatecas se concentraron los políticos de ayer y los que ahora están en el poder. Ahí estuvieron sus historias, sus aciertos y sus errores, sus filias y sus fobias, pero también sus deseos de lograr nuevamente el poder en un estado al que han gobernado, pero que se mantiene en el rezago del desarrollo regional.
El ex gobernador priista Genaro Borrego Estrada fue uno de los asistentes en primera fila en el acto priista, pero aún sin regresar a la militancia de este partido, al que dirigió a nivel nacional del 14 de mayo de 1992 al 30 de marzo de 1993.
Cabe recordar que Borrego Estrada se opuso a la postulación del tabasqueño Roberto Madrazo Pintado al conformarse el TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo), para evitar la postulación de éste por la Presidencia de la Presidencia de la República en el año 2000, lo que finalmente logró. En el 2006 manifestaría su apoyo a la candidatura de Felipe Calderón y el PRI le abriría en respuesta un proceso de expulsión, pero el cinco de junio de ese año presentaría su renuncia al Revolucionario Institucional.
Otro de los asistentes al acto priista que encabezó Manlio Fabio Beltrones Rivera fue Arturo Romo Gutiérrez, ex gobernador de Zacatecas, quien perdió la elección en 1998 con otro ex priista, Ricardo Monrel Ávila (1998-2004).
Romo Gutiérrez Cayó en desgracia política después de su derrota pero coqueteó con la postulación presidencial de Andrés Manuel López Obrador, quien lo ponía en primera fila en las concentraciones en Zacatecas, a un lado precisamente de su verdugo político, Ricardo Monreal. Procuraría también registrar a su actual cónyuge en una candidatura, pero sin éxito electoral.
Hoy regresa a los escenarios de concentración priista bajo la batuta de Beltrones Rivera, ya sin la fidelidad del grupo político que lo cobijó durante su gubernatura y que se apartó de su tutela cuando buscó cobijo con el lopezobradorismo. Los romistas se fueron sin su antaño jefe político a la campaña de Miguel Alonso. Y ahí siguen, actuantes y devotos del priismo.
El dirigente nacional del Revolucionario Institucional, Manlio Fabio Beltrones Rivera mandó un mensaje muy concreto este fin de semana: Se requiere de todos para dar la batalla electoral y cerrar el camino al monrealismo, la expresión política más compacta y adelantada en este momento de la sucesión gubernamental.
Pero aún no ofrece contendiente, todavía no tiene un candidato visible que pueda agrupar a los de viejo cuño con los que se fueron y regresaron. Le falta definir a su precandidato para que la maquinaria priista empiece a funcionar y no se quede trabada ante el acelere de precandidatos opositores.
Todavía no hay un acuerdo definitivo que genere condiciones para designar al precandidato que aglutinará a los priistas zacatecanos, los de ayer y los que gobiernan, a los que detentan el poder y a los excluidos que mantienen la esperanza de rehabilitarse con la postulación de un candidato de auténtica militancia, con el que se identifiquen no solo ideológica y partidistamente, sino que les haga revivir las glorias pasadas.
Sin embargo lo que se observa es que los acuerdos y las negociaciones ya empezaron. A eso vino Manlio Fabio Beltrones, a poner orden, a dictar lineamientos y hacer pactos que redunden compromisos de largo plazo, de largo aliento.
Es parte del trabajo político de un hombre que contendió por la candidatura presidencial de su partido y que aceptó la postulación del actual presidente, Enrique Peña Nieto, pero que vislumbra que en el escenario inmediato de la sucesión presidencial será el principal actor.
Al tiempo.