El tema de sucesión gubernamental es predominante en estos momentos en el estado de Zacatecas, en cada uno de los segmentos sociales que van, desde las clases populares hasta las más altas, pasando por los sectores político, social, cultural, empresarial y por supuesto los medios de comunicación social que también juegan y apuestan al que estiman será el ganador en el próximo proceso electoral.
En los distintos ámbitos los zacatecanos se preguntan quién será el próximo gobernador del estado que encabece la esperanza de consolidar la estabilidad política y económica del estado, que permitan generar el desarrollo, el crecimiento del estado.
Pero lo que se busca es un hombre o una mujer que pueda ganar legítimamente las próximas elecciones en las que se renovarán los poderes Ejecutivo y Legislativo, así como los 58 ayuntamientos del estado, pero pocos se preguntan cuáles son los factores que serán decisivos en la próxima contienda electoral.
Si bien es cierto que la expectativa se centra particularmente en el sucesor del gobernador Miguel Alonso Reyes, no menos importante será la elección para renovar la 61 legislatura y las 58 presidencias municipales que serán un factor importante en la correlación de fuerzas que generen estabilidad en la conducción del estado.
Y lo mismo sucede en la visión de cada uno de los aspirantes a una candidatura gubernamental. La estrategia de todos ellos se centra en la expectativa de una eventual candidatura y todos coinciden en la conformación de una alianza político electoral para poder obtener el triunfo en los comicios del 2016.
Ni siquiera se han puesto a pensar o a planear – ya no digamos a convocar-, a los hombres y mujeres que se integrarán al próximo gabinete estatal, los perfiles de quienes serán los corresponsables de ejecutar las políticas públicas.
Tampoco se han puesto a analizar los excesos en los que han incurrido algunos ex mandatarios estatales, diputados y presidentes municipales, como el nepotismo, la opacidad, el uso discrecional de los presupuestos públicos que derivan en actos de corrupción y en conflicto de intereses, que tanto han contribuido al subdesarrollo del estado.
Entonces ¿cuáles deben ser los factores que jueguen en el 2016 y que serán preponderantes para que la ciudadanía tome la decisión de apoyar a los candidatos que contenderán en los próximos comicios?
Uno de estos factores que incluso, están bastante alejados de la realidad actual, es sin duda el económico, puesto que la perspectiva que se ve en el horizonte es muy complicada porque el país ha entrado, pese al discurso oficial de los buenos resultados de las llamadas “reformas estructurales”, en una zona de recesión.
El tema económico será por tanto predominante en las elecciones del 2016 y ello podría generar que el Revolucionario Institucional perdiera algunas gubernaturas y la mayoría en algunos de los congresos, de los 19 estados que estarán en el proceso de renovación de gubernanturas.
¿Zacatecas podría ser ajeno a esta realidad económica, cuando el cúmulo de obra pública se generó, de manera precipitada y poco planeada en este año?
¿Cuándo los niveles de endeudamiento público presionan a las finanzas estatales y la falta de pago en el sector educativo se agrega a las presiones de escasez del recurso público?
Otro de los factores que jugarán un papel destacado en el próximo proceso electoral será el fuerte distanciamiento entre gobierno y sociedad, la tirantez entre la administración pública y la ciudadanía que se siente impotente ante la ejecución de obras, tanto estatales como municipales que no corresponden a las necesidades sociales, que incumplen no solo con los tiempos de conclusión sino que no responden al entorno histórico y cultural, por ejemplo, del Centro Histórico.
El cambio de actores políticos también se impone como un factor importante en el proceso de renovación de los poderes y de las presidencias municipales, porque muchos de los actuales actores, son los mismos que han gobernado o administrado en los últimos 20 años en Zacatecas.
El 2016 se presenta también como la oportunidad de dar paso a nuevos perfiles, a nuevas visiones y sobre todo, a nuevos compromisos que se alejen de los intereses de los cacicazgos, de las cúpulas partidistas y de aquellos que han incrementado su patrimonio económico de manera arbitraria y abusiva.
Poner un freno al nepotismo en la administración pública y a la designación de funcionarios ineficientes pero incondicionales, es otra de las demandas de una ciudadanía que ha llegado al hartazgo de la política.
En este contexto no solo es importante quién representará una candidatura al gobierno del estado, sino también aquellas propuestas más identificadas con la ciudadanía que representen una auténtica renovación de una clase política que ha demostrado tanta incapacidad como voracidad.
Así que aquellos que aspiren a gobernar Zacatecas, a encabezar una fórmula por alguna presidencia municipal o una diputación, deben reflexionar seriamente en los factores que jugarán en el 2016.
Al tiempo.