Por: Gerardo Martínez Moreno
Javier Aquino es el ejemplo claro de patear la cuna.
El partido de semifinal entre Tigres vs Cruz Azul en la forzada Copa Por México GNP terminó caliente. Gritos por todos lados y Guido Pizarro retando a golpes a Siboldi que, dicho sea de paso, es totalmente reprobable.
Pero lo que más llama la atención del video de Villarreal Villalbazo son los comentarios de Javier Aquino.
El oriundo de San Francisco Ixhuatán , Oaxaca recuerda que Cruz Azul tiene 30 años sin ganar nada y encima se afrenta diciendo
“Y mira que salí de ahí”
Estas palabras le dolieron a más de un aficionado del equipo azul que rápidamente lo hicieron trending topic en Twitter y arremetieron en su contra.
Y es obvio, la afición más noble e ilusa del futbol nacional lo tenía en un pedestal. El hijo pródigo mordiendo la mano. Negando – literal – la Cruz de su parroquia.
A Javier se le está olvidando que formó parte de esos 30 años de sequía y que no hizo nada por cambiarla. Que si pisó Europa como futbolista fue porque jugaba regularmente con La Máquina, que ojo, no es lo mismo vestir una camiseta azul en un estadio que patear una pelota en el llano.
Aquino deja entrever lo que comúnmente conocemos como “el cobre”.
Que agradezca que en México se considere al futbol como “actividad primordial” y tenga buen equipo.
Que agradezca que no se quedó sin chamba y tenga que salir a la calle “tras la chuleta” como muchos aficionados al Cruz Azul durante la pandemia. Los mismos que lo ovacionaron en Londres y lo acogieron cuando perdió la marca de Sneijder en Brasil. Esos aficionados hoy se sienten decepcionados.
Tampoco podemos exigir que Javier sienta amor por los colores, a fuerza ni los tachones. Pero si respeto, respeto a la gente que le dio la oportunidad de realizar su sueño. A la afición que lo cobijó y creyó en Él. A la institución que le enseñó una profesión.
Ojalá que tenga la delicadeza de pedirle una disculpa a la afición y se olvide de decir ese tipo de comentarios que caen en fuera de lugar.
- En otro lado podrán ser malagradecidos pero Aquí no, Javier.