La ex mandataria chilena y probablemente próxima presidenta de nueva cuenta, Michelle Bachelet, se emocionó al borde de las lágrimas el martes al regresar a Villa Grimaldi, uno de los peores centros de detención y tortura de la dictadura militar, donde ella y su madre estuvieron presas en enero de 1975.
Villa Grimaldi fue convertida en un Parque por la Paz y conserva los gruesos árboles donde se amarraba a los torturados y una torre de madera, de regular altura, pintada de rojo, subdivida en su interior en cuartuchos donde los detenidos pasaban en ocasiones varios días sin salir, como le sucedió a la madre de Bachelet, Angela Jeria.
En su biografía, escrita en primera persona y utilizada en su primera campaña electoral a la presidencia, Bachelet (2006-2010) precisó que fue sometida a “apremios ilegítimos” en ese lugar.
Bachelet permaneció abrazada a la fotografía de una detenida desaparecida y sostuvo un clavel rojo en su mano derecha durante el acto en homenaje a los 229 detenidos desaparecidos de Villa Grimaldi, donde actuaron algunos de los más reconocidos torturadores de la policía represiva de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
Bachelet, la candidata presidencial izquierdista para las elecciones del 17 de noviembre, estuvo detenida en Villa Grimaldi desde el 10 de enero de 1975 hasta antes del fin de ese mismo mes. Luego fue trasladada a otro centro de detención donde se reencontró con su madre y pudieron partir al exilio.
Estuvieron un año en Australia y cuatro más en Alemania Oriental.
El acto en homenaje a los desaparecidos en Villa Grimaldi o Cuartel Terranova, como lo llamaban los agentes de la policía represiva, se realizó en la víspera del cuadragésimo aniversario del golpe liderado por Pinochet el martes 11 de septiembre de 1973 que concluyó con el suicidio del presidente Salvador Allende.
Bachelet se mostró emocionada durante casi toda la ceremonia, que concluyó cuando los asistentes depositaron el clavel rojo al pie del Muro de los Nombres, donde están inscritos los 229 desaparecidos forzados. Según investigaciones judiciales, unos 4.500 opositores pasaron por Villa Grimaldi, algunos de los cuales fueron metidos en sacos y lanzados desde helicópteros al mar.
“Una herida, si está sucia y contaminada, no se cura”, dijo Bachelet a la prensa el finalizar el acto. Agregó que “nunca me ha costado estar acá… por supuesto que hay emociones, hay recuerdos que vuelven y uno trata de ubicarse donde estuvo”.
El padre de Bachelet, el general de la fuerza aérea Alberto Bachelet, fue encarcelado el mismo día del golpe, luego dejado en libertad y vuelto a apresar. Durante su segunda detención fue duramente torturado en los subterráneos de la Academia de Guerra Aérea, luego juzgado en un consejo de guerra y enviado a la cárcel pública, donde murió en marzo de 1974 de un ataque cardíaco provocado por las torturas, contó la ex mandataria en su autobiografía.
“Venir a Villa Grimaldi, a este Parque de la Paz, tiene el sentido de lo que los familiares esperamos poder construir: un país que sea capaz de avanzar de manera justa, igualitaria y en paz”, dijo Bachelet.
“Eso sólo es posible sobre la base de avanzar en la verdad, la justicia, reparación y en un compromiso por un nunca más”, añadió.