Doce partidarios del expresidente islamista Mohamed Morsi, derrocado por el ejército, fueron condenados a muerte este miércoles en Egipto por el asesinato de un general o actos violentos durante una incursión de las fuerzas de seguridad en un bastión islamista en 2013.
Un total de 23 personas, de las cuales 11 prófugas, eran juzgadas en El Cairo por “pertenencia a una organización yihadista” y por haber opuesto resistencia durante una intervención policial y militar en un bastión islamista. Un general de la policía había muerto por impacto de bala.
Ocho de los condenados a muerte –entre ellos el acusado del asesinato del general– están detenidos y cuatro son prófugos. Estas doce personas están también acusadas de “intento de asesinato” contra miembros de las fuerzas de seguridad. El veredicto será confirmado o invalidado el 6 de agosto, tras conocerse el parecer del mufti (autoridad religiosa) de Egipto, que no tiene carácter vinculante. Estas nuevas penas de muerte –ya han sido pronunciadas centenares de ellas contra los islamistas– se produce 10 días después de que Abdel Fatah Al Sisi, exjefe del ejército que destituyó y encarceló a Mursi el 3 de julio de 2013, prestara juramento como presidente. Al Sisi fue elegido a fines de mayo con el 96,9% de votos, pero después de haber eliminado toda oposición de la escena política, islamista o laica y liberal.