Sumando falsas expectativas
Geovanna Bañuelos de la Torre
José López Portillo quería que lo recordaran por sus buenas intenciones más que por lo realizado en su administración. De la misma manera percibo a Miguel Alonso Reyes. Estoy segura que el mandatario busca lo mejor para los zacatecanos, pero la falta de carácter y decisión, aunado a un gabinete sin perfil y carente de vocación en la administración pública han sido elementos que caracterizan a este sexenio perdido y sin rumbo. Y es que, con buenas intenciones es imposible cambiar la realidad de nuestro estado.
A mediados del 2011 en un evento no exento de parafernalia, el mandatario dio a conocer el programa Superación de la Marginación (SUMAR), por cierto, acrónimo de Miguel Alonso Reyes, usual para efectos propagandísticos. En el anuncio del lanzamiento se nos dijo que era “el programa más completo, integral y estructurado en la historia de la entidad” para favorecer a los sectores marginados. Además, predominó el discurso demagógico: “Representa la unidad y el espíritu para abatir el rezago en todos los órdenes; para consolidar una nueva cultura, en la cual, la decisión de aportar a la solución de los problemas de todos, sea característica que nos distinga”.
A tres años de entrar en operación el mencionado proyecto, la pobreza, la desigualdad, la injusticia que padecemos los zacatecanos, contrastan con la opulencia, el despilfarro, la indolencia y los privilegios con los que cuentan los funcionarios estatales.
Este ‘ambicioso proyecto’ que cuenta con una inversión de 40 millones de pesos –cifra muy inferior a los 480 millones destinados a los festejos del Centenario de la Batalla de Zacatecas-, aún no cumple con los objetivos de cobertura completa en 45 municipios en atención a 160 mil personas que viven en marginación, lo que representa el 10% de la población total.
Es crucial que el gobierno informe si se ha resuelto el flagelo de la pobreza alimentaria de 70 mil familias zacatecanas; si están operando los 148 talleres textiles; si se han colocado los cerca de 3 mil pisos firmes en 1 mil 200 comunidades; techos seguros en 360 viviendas y energía eléctrica en 18 comunidades entre otros apoyos a que se comprometió Alonso Reyes.
¿Por qué dudar? La respuesta es simple. Han pasado 1 mil 95 días y aún no se han instalado 150 Farmacias SUMAR donde se suministrarían medicinas a bajo costo. Para el 2011 se tenía prevista la operación de las primeras 85 y para el 2012 las 65 restantes. Y es que, apenas hace unos días fue inaugurada la farmacia número 27 en el municipio de Monte Escobedo. Esto quiere decir, que solo se ha puesto en operación un 18 % de estas.
Tanto el programa SUMAR como la Cruzada Nacional Contra el Hambre, están diseñados para otorgar paliativos temporales que no resuelven de fondo la miseria en la que viven miles de personas y solo llevan un propósito electoral.
Han pasado cuatro años y no se han diseñado políticas públicas que reviertan las condiciones de vida de los zacatecanos. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en 2012, el 54.2% de los zacatecanos,- lo que representa 720 mil personas-, viven en la pobreza; 7.5% padecen pobreza extrema,- esta cifra equivale a 115 mil habitantes-, lo anterior suma un total de 835 mil zacatecanos en la miseria. En contraste, sólo un 19%, es decir, dos de cada diez habitantes, no son pobres o viven en condiciones aceptables.
Además tenemos otros indicadores: el 74.6% padece al menos una carencia social; 324 mil zacatecanos tienen rezago educativo; 386 mil no cuentan con acceso a servicios de salud; 258 mil a seguridad social; 970 mil no tienen calidad en su vivienda (62.9%); 343 mil carecen de acceso a alimentación y 934 mil personas o lo que equivale al 60.6%, percibe ingresos inferiores a la línea de bienestar, dicho de otra manera, sus salarios son insuficientes.
De modificar estas estadísticas, entonces, sí estaríamos hablando de un ‘programa completo, integral y estructurado en la historia de la entidad’.
En estos últimos días, Alonso Reyes ha pregonado que estamos logrando un Zacatecas más “seguro, justo, productivo, unido y moderno”. Pero la realidad y las cifras dicen otra cosa. Y es que, este gobierno sólo suma desaciertos, incongruencias, mentiras y falsas expectativas.