El suicidio es un tema delicado en la sociedad. Paradójicamente, quitarse la vida significa para algunos un acto de cobardía, pues por medio de esa acción se pretende evadir los problemas, mientras que para otros es una acción valiente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala en su sitio de Internet que cada año se suicidan casi un millón de personas, lo que supone que, por cada 100 mil habitantes, 16 se quitan la vida.
El 10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, se fomentan en el orbe compromisos y acciones para prevenir esa práctica. Cada día hay en promedio casi tres mil personas que ponen fin a su vida; al menos 20 lo intentan por cada una que lo logra.
De acuerdo con el organismo de Naciones Unidas, en los últimos 45 años las tasas de suicidio se incrementaron 60 por ciento a nivel mundial.
El suicidio, detalla, es una de las tres primeras causas de fallecimiento entre las personas de 15 a 44 años en algunos países, y la segunda en el grupo de 10 a 24 años.
Sin embargo, esas cifras no incluyen las tentativas de suicidio, que son hasta 20 veces más frecuentes que los casos de suicidio consumado.
La OMS advierte que las tasas de suicidio entre jóvenes se han incrementado hasta el punto que ahora son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países.
Los trastornos mentales, particularmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol son un factor de riesgo de suicidio recurrente en Europa y América del Norte, mientras que en las naciones de Asia, la conducta impulsiva tiene especial importancia.
En México, la publicación de datos sobre intentos de suicidio y suicidios consumados comenzó en la década de 1930, mientras que en 1995 inició su publicación detallada en un cuaderno específico, señala el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
De acuerdo con la “Estadística de Suicidios de los Estados Unidos Mexicanos 2011”, en territorio nacional hubo cinco mil 718 casos, de los cuales cuatro mil 621 fueron hombres y mil 095 mujeres.
Las entidades con mayor número de suicidas son el Estado de México, con 600; Jalisco, con 453, y el Distrito Federal, con 413, mientras que el mes con mayor número de personas que se quitaron la vida fue agosto, con 525.
Los sectores poblacionales con mayor número de suicidios en México son los de 20 a 24 años, con 916, mientras que el de 15 a 19 reportó un total de 859.
La Presidencia de la República señala en un artículo que la depresión es un trastorno emocional que constituye un problema de salud pública que afecta entre 12 y 20 por ciento a personas desde 18 hasta 65 años, y es una de las causas más frecuentes de suicidio.
“Autoestima baja, estrés crónico, problemas económicos, salario menor, falta de una pareja o un trabajo insatisfactorio son algunas de las razones de la larga lista en la que impera la ansiedad y tristeza extrema”, añade el texto.
En enero pasado, la Secretaría de Salud dio a conocer que en los últimos 30 años, el número de suicidios en el país aumentó 300 por ciento.
En el documento, publicado en la Gaceta Parlamentaria de San Lázaro y recibido en la Comisión Permanente, la dependencia federal alertó que este fenómeno se incrementa con rapidez entre los adolescentes y constituye una de las primeras causas de muerte.
Para enfrentar ese problema, la OMS plantea estrategias que incluyen la restricción del acceso a métodos comunes de suicidio como armas de fuego y sustancias tóxicas como plaguicidas, las cuales han demostrado su eficacia para reducir las tasas de suicidio.
Asimismo, la prevención y el tratamiento adecuados de la depresión y del abuso de alcohol y de sustancias reducen la incidencia, al igual que el contacto de seguimiento con quienes han intentado privarse de la vida.
Sin embargo, consideró que el problema no ha sido abordado de forma adecuada debido a falta de sensibilización sobre su importancia y al tabú que lo rodea e impide que se hable abiertamente de ello.
Sólo unos cuantos países han incluido la prevención del suicidio entre sus prioridades, además de que la fiabilidad de los sistemas de certificación y notificación al respecto requiere mejoras importantes.
Por ello, puntualiza, la prevención del suicidio requiere la participación de los sectores salud, educativo, laboral, de seguridad, religioso y los medios de comunicación, entre otros.