Código Político
¿Quién conduce la sucesión gubernamental?
Por Juan Gómez
A 14 meses de que el gobernador Miguel Alonso entregue la administración a su relevo en una ceremonia de cambio de poderes, y a menos de dos meses de que rinda su V Informe de Gobierno, el proceso político de sucesión se ha fortalecido en un escenario que nos arroja muchas lecturas pero una pregunta: ¿Quién conduce la sucesión en Zacatecas?
La semana pasada el mandatario estatal solicitó a los aspirantes a sucederlo que no distraigan la atención del trabajo que necesita Zacatecas para lograr el desarrollo. Que es tiempo de trabajar y de unir esfuerzos para sacar adelante al estado.
El mensaje es abierto, no va dirigido exclusivamente a un personaje sino todos, pero es necesario que el Ejecutivo del estado manifieste su determinación, su fuerza, para que aquellos sobre los que tiene ascendencia o control político e institucional, no mermen el trabajo que hasta este momento se ha hecho, sobre todo en vísperas de que rinda su penúltimo informe gubernamental del que poco se ha hablado en las últimas semanas.
Y es que el gobernador Alonso Reyes tiene, como popularmente se dice, “muchos fierros en la lumbre”, producto del comportamiento que se ha dado en su administración, tanto en lo político como en lo particularmente económico:
En lo político los desencuentros se han generado con un sector del priismo de viejo cuño pero también, una especie de alejamiento que en ocasiones se ubica en la rispidez con quien fuera su impulsor en la política de alto nivel estatal, con el ex gobernador Ricardo Monreal Ávila, lo que le ha metido mucho ruido a la conducción en el estado.
Pero en donde están los “topes” más preocupantes es en lo económico, puesto que en este año han empezado a aflorar la crisis en la Universidad Autónoma de Zacatecas (con una deuda de 1,500 millones de pesos); en el sector educativo en donde el déficit alcanza los 1,800 millones de pesos; con una deuda creciente que podría quedar en los próximos meses en los 10,000 millones de pesos y finalmente, la conformación del Presupuesto Base Cero al que tendrán que alinearse todos los gobiernos estatales y que no garantiza un incremento en el presupuesto del próximo año.
Además habría que agregar los problemas de deuda y liquidez por el que atraviesan la mayoría de los ayuntamientos zacatecanos.
Lo anterior es solo una parte de la presión que tiene el mandatario estatal que se suma a los problemas de seguridad en el estado, que podrían agudizarse en el mediano plazo con la fuga del líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera “El Chapo”, quien desde la clandestinidad buscará recuperar las plazas y obtener más recursos para mantenerse en libertad y a salvo.
Lamentablemente Zacatecas se encuentra en el mapa del narco en el país y hasta el momento se desconoce cuáles serían los efectos, las repercusiones que se tendrían con la evasión de Guzmán Loera de la cárcel de máxima seguridad “El Altiplano” en el estado de México.
En lo político el gobernador Alonso Reyes tendrá que mantener una estrecha comunicación con la dirección nacional de su partido, con César Camacho, porque será a través de esta vía por donde llegue la designación de quien será el candidato oficial a la gubernatura de Zacatecas en el 2016. De ahí saldrá, como es costumbre y parte del rito sexenal, la directriz, la orden, para designar a quien encabezará la campaña electoral el próximo año por el Partido Revolucionario Institucional.
Es por ello que Alonso Reyes debe tomar la batuta y el control del proceso político de sucesión con su dirigencia estatal, para mantener en la disciplina a todos aquellos que ya se encuentran trabajando en la estructura política, para afianzar una eventual candidatura.
Si el mandatario estatal tuviese una comunicación directa y de acuerdo con los actores de la oposición, podría negociar un pacto cívico político que le permitiera respetar su período administrativo, lo cual se aprecia muy difícil que así suceda, puesto que nadie se ha ocupado por tender líneas de acercamiento o entendimiento.
En este escenario se observa el trabajo que desde hace tiempo viene realizando el senador David Monreal Ávila en todo el estado, lo que ha propiciado que algunos amigos de su homólogo Alejandro Tello, organizaran una reunión en la que le manifestaron su apoyo y apuesta para la elección del 2016, acción que por cierto careció del respaldo formal del dirigente priista, José Marco Antonio Olvera Acevedo, quien deslindó a la dirigencia estatal del tricolor de ese hecho que aceleró la sucesión gubernamental.
El gobernador Miguel Alonso Reyes es el responsable de la sucesión gubernamental de su partido, de la conducción del proceso de designación pero también, del respeto a las formas y los tiempos para la publicación de la convocatoria, porque será a él a quien la dirigencia nacional tricolor y el propio presidente de la República, Enrique Peña Nieto, le demanden resultados.
Por lo tanto tendrá que hacer un llamado más enérgico al respeto de los tiempos, las formas y sobre todo, a la unidad de la clase política que hoy gobierna para que el proceso no se le salga de control, porque la dispersión de las fuerzas debilitará no solo a su gobierno sino a su jefatura política y de primer priista del estado, como le llaman sus correligionarios.
Miguel Alonso está obligado a mantener la unidad política y dar condiciones de igualdad de competencia a todos los aspirantes a una eventual candidatura, si es que no quiere cargar con el lastre de dividir al partido y llevarlo debilitado a la contienda electoral del próximo año.
Al tiempo.