En abril del año 2012 el joven dirigente estatal de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en Zacatecas, Edgar Rivera Cornejo, abandonó las filas del priismo en el estado para sumarse a la campaña de David Monreal Ávila, entonces candidato petista al Senado de la República, al argumentar “una serie de humillaciones” por parte del gobernador Miguel Alonso Reyes en la dirigencia que ostentaba.
Rivera Cornejo ya no vislumbró futuro político en la CNC zacatecana hace tres años y decidió emigrar a las filas del monrealismo, en donde en la actualidad encabeza al grupo D16, organización que estructura una política territorial de apoyo al aspirante a la gubernatura del estado, David Monreal Ávila, pero en donde también ha encontrado exclusión política para fincar sus aspiraciones a un puesto de elección popular el próximo año.
Pero la fortuna política no ha estado del lado del exdirigente campesino zacatecano. Ahora padece el “fuego amigo” en las filas de la organización partidista en la que buscó y encontró cobijo, pero el escenario le ha cambiado diametralmente.
El pasado nueve de diciembre en una inusual conferencia de prensa el dirigente de D16 dio a conocer que el comité estatal del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) que lidera en Zacatecas el maestro otrora disidente, Fernando Arteaga Gaytán, es opaco y excluyente en cuanto al manejo de los criterios para la asignación de las próximas candidaturas a puestos de elección popular en los comicios del 2016.
A Edgar no le quedó más remedio que cuestionar a la cabeza visible y no visible de MORENA en el estado, puesto que las preguntas de los reporteros que asistieron a la conferencia de prensa mencionada lo acorralaron.
En ese contexto refirió que “El propio doctor Ricardo (Monreal Ávila) se está excediendo en su intervención en la designación de candidatos y no está tomando en cuenta a la ciudadanía, por lo que hacemos un llamado para que sea respetuoso de la voluntad popular”. (http://ntrzacatecas.com/2015/12/09/ahora-d16-le-pega-a-morena/comment-page-1/).
Independientemente de los serios cuestionamientos mediáticos y políticos a la forma de elección, por ejemplo, de los candidatos a una elección o nominación de representación popular (plurinominal) que se hacen mediante sorteo (tómbola), las declaraciones de Rivera Cornejo son un reflejo de la lucha por el control de la dirigencia estatal que, hasta este momento, ha sido ganada por Luis Medina Lizalde, ex dirigente y ex diputado federal perredista, que ha militado en la izquierda desde su incorporación en la lucha electoral.
Morena se divide hoy en dos bandos que empiezan a tener desacuerdos tanto en la dirección del partido como en los criterios de conducción ideológicos:
Por un lado está la fuerza del ex gobernador de Zacatecas (1998-2004) y actual delegado en la Cuauhtémoc de la ciudad de México, Ricardo Monreal Ávila y por el otro la corriente que ha conformado localmente Luis Medina Lizalde.
En la estrategia “monrealista” se ubica la pretensión de continuar gobernando a Zacatecas a través de la rama familiar y de los aliados que lo acompañaron en la ruptura con el priismo militante en 1998 y por el otro, la convicción de un grupo de ex perredistas de larga militancia en la oposición de izquierda que se niegan a entregar a un partido de nuevo cuño, al continuismo que podría desembocar en una especie de cacicazgo político.
El escenario para Ricardo Monreal es altamente contradictorio, porque es en este momento uno de los políticos más cercanos al fundador de MORENA, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con quien ha fincado una relación tanto política como de amistad desde que concluyó su período en Zacatecas y constituye, sin duda, el mejor activo para contender por lo que será el gobierno de la ciudad de México, un vez que se concluya con el proceso de constitución de estado de la República.
Además del factor político, la fortaleza de Ricardo Monreal estriba también en el acceso a recursos económicos que le facilita gobernar a una de las delegaciones más importantes y estratégicas de la ciudad de México, factor importante en toda elección estatal.
Además, la estructura territorial monrealista ha operado en diversos municipios estratégicos en donde la rentabilidad electoral será, sin duda, un factor determinante en los comicios del próximo año.
Pero el monrealismo tiene un serio problema doméstico: la oposición de un grupo de ex militantes perredistas y de un amplio sector de la disidencia magisterial, no están dispuestos a dejarle las manos libres para la nominación de candidaturas a gobernador, diputados y presidentes municipales; algo con lo que no contaba y que hoy se convierte en una debilidad en la conquista electoral, por segunda ocasión, del estado de Zacatecas, en donde AMLO confía que será el primer estado que obtenga MORENA en las próximas elecciones.
En este contexto Edgar Rivera Cornejo no actuó solo sino por indicación de su protector político, para presionar a la dirigencia local de MORENA para que abra la puerta a las candidaturas monrealistas que ya hicieron un trabajo previo a través de la organización D16 y al proselitismo directo que ha hecho el senador petista David Monreal Ávila, quien por cierto, abandonó al partido que le dio el registro para llegar al Senado de la República, cuando más lo necesitaba en la lucha por la obtención de su registro electoral, el cual, había perdido temporalmente.
Es por ello que el monrealismo hoy se encuentra en una situación, por decir lo menos, incómoda, puesto que si no logra tener el control de la dirigencia estatal de MORENA en Zacatecas, prevalece el riesgo de perder el control del Comisionado Político que ostenta actualmente la ex diputada Geovanna Bañuelos, asediada por la presión que ejerce el ex rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas y actual legislador por el PT, Alfredo Femat Bañuelos.
Si Ricardo Monreal no actúa con rapidez y pragmatismo para llegar a acuerdos con la actual dirigencia de Morena en el estado, en las próximas semanas podría quedar en un estado de debilidad tal que no le daría la suficiente fuerza para nominar candidatos ganadores a un puesto de elección popular, puesto que podría quedar en el desamparo partidista, porque localmente no están haciendo la lectura correcta para poder transitar con consensos y fortalezas electorales. Solamente están cimentando su confianza en un solo hombre, Andrés Manuel López Obrador, pero no en las expresiones locales que también tienen una importancia político electoral destacada.
¿Cederá Ricardo Monreal a la oposición local zacatecana?
Al tiempo.