Por Juan Gómez
Monreal es Monreal. Construye acuerdos, realiza alianzas, mantiene relaciones disímbolas, pero él tiene su propia ruta y hace su propio camino en la política, en la que ha transitado a través de varios partidos.
¿Qué quiere Ricardo Monreal Ávila?
Después de rendir protesta como delegado de la Cuauhtémoc el 1 de octubre de 2015, Ricardo Monreal Ávila puso la mirada y el objetivo en el gobierno de la Ciudad de México.
Aquel día durante la noche invitó a familiares y amigos a una cena. En ella estuvieron su esposa, hermanos, hermanas, amigos zacatecanos y algunos ex colaboradores. Repartió saludos y sonrisas pero también habló de su futuro político.
Con quienes mantiene confianza y cercanía les dijo entusiasmado: “voy a ser Jefe de Gobierno de la Ciudad de México…”
Quienes lo escucharon asintieron convencidos, Ricardo será el próximo Jefe de Gobierno de la CdMx.
El comentario y anécdota me hizo recordar otra comida que tuvo con algunos amigos y ex compañeros de bancada en la facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas, con quienes después se iría a cursar un posgrado en la UNAM.
Durante la comida realizada después de la toma de protesta del ex gobernador Arturo Romo Gutiérrez en 1992, el entonces senador priista comentaba con los comensales su determinación de ser el próximo gobernador de Zacatecas. Ya trabajaba para obtener su objetivo.
Monreal nació en la comunidad de Puebla del Palmar en 1960 pero su familia se avecindó tempranamente en Plateros, donde se encuentra el nicho del Santo Niño de Atocha, a unos cuantos kilómetros de Fresnillo, Zacatecas.
Muy joven inició carrera política en una regiduría del ayuntamiento fresnillense de donde saltó a una diputación federal, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y la gubernatura de Genaro Borrego Estrada.
Monreal es Monreal. Siempre buscó brillar con luz propia pero haciendo alianzas con grupos importantes en el sistema político priista. Fue por ello que en la disputa por la candidatura del Senado de la República, Genaro Borrego Estrada lo propuso para que ocupara la suplencia de Arturo Romo Gutiérrez, en la fórmula por el senado de la república, quien se perfilaba a la candidatura gubernamental con el apoyo del todavía poderoso líder cetemista, Fidel Velázquez Sánchez.
Monreal era ajeno al círculo y grupo político de Genaro y por ello fue aceptado por Romo. El sacrificado fue Guillermo Ulloa Carreón, cuadro priista de Romo Gutiérrez que después sería recompensado ampliamente.
El actual delegado de la Cuauhtémoc ya estaba en el círculo del poder. Había hecho compromisos con el entonces secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet Chemor, pero carecía de la confianza del Presidente Ernesto Zedillo.
En la sucesión gubernamental zacatecana Chuayffet salió de Gobernación y la candidatura de Monreal cayó en 1998.
Lo que no cayó fue su objetivo de gobernar Zacatecas. El PRI le cerró la puerta y designó al actual senador priista, José Marco Antonio Olvera Acevedo, como candidato del PRI al gobierno de Zacatecas, pero el fresnillense se registró por el PRD.
El entonces líder nacional del Sol Azteca, Andrés Manuel López Obrador, apoyaría su candidatura y el 12 de septiembre de 1998 Monreal protestaría como gobernador del estado.
El Monrealazo marcó la ruta del deterioro priista en otros estados y el otrora partidazo empezó a ver declinar su control, su poderío.
Hoy el escenario es diferente. Monreal ya no es priista. Tampoco es perredista. Ha transitado por el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano, cuyas bancadas ha coordinado en el congreso y en el Senado.
Monreal es Monreal.
Decidió unir su estrategia a la de Andrés Manuel. Desde hace 19 años comparte con AMLO la lucha por el poder en México. Pero el que reparte candidaturas es el tabasqueño, no el zacatecano.
En el grupo de Andrés Manuel prevalece la idea de que el hombre fuerte es el dueño de Morena, que una eventual salida de ese partido sería un suicidio para Monreal Ávila. ¿Será?
Si algo ha aprendido el zacatecano es a construir imagen y a posicionar candidaturas. La estrategia de la victimización política es una de las armas que sabe usar muy bien en lo social y en lo político.
Ganó 15 encuestas de 18 que se aplicaron en la Ciudad de México, pero el resultado de la del jueves pasado fue la definitiva. El resultado dado a conocer por Morena, mandó a Monreal al tercer lugar de la competencia. Conclusión: carece de la confianza de AMLO.
Al día siguiente, el viernes, la delegada en Tlalpan, Claudia Sheinbaum, fue presentada como la coordinadora territorial de Morena en la Ciudad de México, lo que la convertirá en la candidata al gobierno capitalino. El gran ausente en el acto fue el delegado de la Cuauhtémoc.
Hace unos días Monreal recibió el apoyo y la simpatía de la dirigencia del Partido del Trabajo en la ruta por el gobierno de la Ciudad de México. El viernes pasado el líder de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, twiteó: “@Ricardo MonrealA mi solidaridad y afecto invariable Hace dos años te dije que así corresponderían a tus mil batallas libradas contra tantos”.
El delegado de Tlalpan respondió: “Agradecido con tus palabras, @DanteDelgado. Lo repito, soy hombre de trabajo, de ideales y sin duda enfrentaré las batallas siguientes”.
En distintas declaraciones a los medios de comunicación Ricardo Monreal ha reiterado que dejará la delegación en septiembre u octubre, independientemente del resultado de la encuesta en mención.
Soltó también la siguiente advertencia: la gente decidirá.
Monreal es Monreal.
Seguramente estará en las boletas durante la elección del gobierno de la Ciudad de México el próximo año. Es su objetivo.
¿Con quién enfrentará la batalla?