Zacatecas.- Derivado de la falta de oportunidades y el grado de delincuencia que existe en su país, en el mes de mayo, Viviana Mejía, en compañía de sus dos gemelas pequeñas y su pareja, tomaron la decisión de buscar el sueño americano y dejar su natal Honduras.
De acuerdo a un artículo del Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo en Honduras, el desempleo, en aquel país registra una tasa del 7.4 % del total de su población, donde existe una exclusión laboral hacia los jóvenes por falta de experiencia en un rango de edades entre 19 a 24 años.
Siendo afectada Viviana con tan solo 27 años, tuvo que dejar sus estudios al quedar embarazada de su primera hija y truncar su formación profesional en administración de empresas, buscando así un empleo como cocinera.
A seis meses de su estadía en México, y a dos meses de llegar a Zacatecas, han sobrellevado los días a base de pedir dinero en las calles.
Pese a las bajas temperaturas que se han registrado en el estado, los días de más frío han logrado pasarla en hotel, sin embargo, las calles han sido su hogar.
“Pasamos un día en hotel, nos hemos quedado en la calle, la verdad que sí”,
Aun con las adversidades, aseguró que el trato que les han dado los zacatecanos ha sido bueno, sin embargo, las autoridades locales no se han acercado a brindar información sobre su situación de calle.
Viviana, dijo para Pórtico que incluso ha considerado su estadía permanente en México, siempre y cuando la situación laboral sea segura.
De acuerdo al reporte anual Panorama de Migración Internacional 2019, de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en el 2017 México recibió 32,000 inmigrantes.
Este artículo resalta que este número, es preocupante debido a que se requiere el desarrollo de políticas internas para atender esta llegada y tratar de mitigar su impacto en la demanda de empleo, un lugar para vivir y atención médica.
Viviana y su familia cuentan con una Visa mexicana de seis meses, la cual les permite recorrer el país, así como conseguir un trabajo temporal mientras llega la fecha de su partida, ésta estaba programada para este mes, sin embargo, lamentó que el tiempo se les ha ido muy rápido, y hasta el momento, no tienen un contacto para iniciar su recorrido, y su estadía en México es algo incierto.
“A veces nos dan ganas de regresarnos, a veces nos dan ganas como dicen de tirar la toalla, pero a la vez Dios no da fuerza” comentó.