Un terremoto de 7,2 grados sacudió el centro de Filipinas el martes por la mañana, con un saldo de por lo menos 85 muertos, edificios derrumbados y carreteras rajadas. La torre del campanario de la iglesia más antigua del país se vino abajo.
El pánico se desató cuando la gente se lanzó a las calles después del terremoto a las 8:12 de la mañana. El sismo tuvo su centro unos 33 kilómetros (20 millas) debajo del pueblo de Carmen, en la Isla Bohol, donde muchos edificios colapsaron, las carreteras se rajaron y varios puentes quedaron destrozados. También hubo extensos daños en la densamente poblada ciudad de Cebú, separada de Bohol por un estrecho marítimo, causando muertes cuando el techo de un puerto pesquero y un mercado se vinieron abajo.
El terremoto provocó una estampida en un gimnasio de Cebú donde había numerosas personas esperando a recibir asistencia del gobierno, un con saldo de cinco muertos y ocho lesionados, dijo Neil Sánchez, funcionario de atención a desastres. En otra ciudad cercada, 18 personas quedaron lesionadas mientras trataban de salir de un edificio donde el gobierno ofrecía asistencia.
Por lo menos 16 personas murieron en Bohol y 15 en Cebú, y muchas más resultaron heridas, informaron las autoridades.
“Salimos del edificio y afuera nos abrazamos a los árboles porque el temblor era muy fuerte”, dijo Vilma Yorong, empleada del gobierno provincial de Bohol.
“Cuando la tierra dejó de temblar, corrí a la calle y vi que había varias personas lesionadas. Algunas decían que su iglesia se había derrumbado”, le dijo por teléfono a The Associated Press.
Mientras el miedo se hacía sentir, Yorong y otros corrieron a una montaña, temerosos de que un tsunami seguiría al terremoto. “Minutos después del temblor la gente se empujaba unos a los otros para subir a una colina”, dijo.
Pero el epicentro del terremoto fue en tierra adentro y no provocó un tsunami.
Oficinas y escuelas estaban cerradas por un feriado nacional —el festival musulmán de Eid al-Adha— lo que puede haber salvado vidas. El terremoto también ocurrió a más profundidad que el de magnitud 6,9 del año pasado en aguas cerca de la Isla Negros, también en la región central del país, que dejó un saldo de casi 100 personas.
Aledel Cuizon, empleada de una empresa finesa en Cebú, dijo que el temblor la sorprendió en su habitación y parecía que “un camión enorme se acercaba, cada vez más fuerte”.
Ella y sus vecinos corrieron afuera, donde vio “los postes de hormigón del alumbrado moviéndose como si fueran cocoteros”. Dijo que el temblor duró entre 15 y 20 segundos.
Los hospitales de la ciudad de Cebú evacuaron rápidamente a los pacientes a las calles, canchas de baloncesto y parques.
La provincia de Cebú, unos 570 kilómetros al sur de Manila, tiene más de 2,6 millones de habitante y es la segunda ciudad más grande del país. La cercana Bohol tiene 1,2 millones de habitantes y es popular entre los extranjeros por su playa y centros turísticos, y las Montañas de Chocolate.
Se reporta que muchas carreteras y puentes están seriamente dañados, pero iglesias de la colonia española fueron las que más daños sufrieron, entre ellas la más antigua, la Basílica del Santo Niño de Cebú, del siglo XVI, que perdió la torre del campanario.
Una iglesia de piedra caliza del siglo XVII en el poblado de Loboc, al suroeste de Carmen, quedó prácticamente derruida.
El jefe militar regional, teniente general Roy Deveraturda, dijo que llamó a servicio a los soldados de pase por el feriado para responder al terremoto. Dijo que el temblor había dañado el atracadero de Tagbilaran, capital provincial de Bohol, y causado algunas rajaduras en el Aeropuerto Internacional de Cebú, pero que los barcos y aviones militares podían usar instalaciones alternativas para ayudar.