El depuesto líder egipcio Mohamed Mursi adoptó el lunes un tono desafiante en el primer día del juicio en su contra, al gritar “Abajo con el Gobierno militar” y decir que es el único presidente “legítimo” del país.
Mursi, un islamista que fue derrocado por el Ejército después de protestas masivas en su contra, se mostró enojado e interrumpió la sesión repetidamente, lo que finalmente llevó a un juez a posponer el juicio, que apenas había comenzado, hasta el 8 de enero.
Los opositores del Gobierno egipcio respaldado por el Ejército dijeron que el juicio forma parte de una campaña para aplastar a los Hermanos Musulmanes de Mursi y restablecer un estado policial que remite a las tres décadas de gestión del autócrata Hosni Mubarak, que terminaron en una revuelta popular en 2011.
Mursi, de 62 años, quien salió de la prisión durante los últimos días de Mubarak en el poder, se encuentra nuevamente tras las rejas y enfrenta cargos de incitar a la violencia que podrían acarrear la pena de muerte.
Esta es la segunda vez en poco más de dos años que un presidente derrocado está en una corte en Egipto. El proceso se está desarrollando en el mismo lugar donde Mubarak enfrenta un nuevo juicio por complicidad en la matanza de manifestantes.
“Este juicio es ilegítimo”, dijo Mursi, que estaba vestido con un traje oscuro porque se había negado a usar la vestimenta de la prisión, según medios estatales.
Mursi fue trasladado en helicóptero a la corte, fuertemente custodiada, desde una ubicación no revelada.
Cientos de seguidores se reunieron afuera del edificio. Un cartel decía: “La voluntad del pueblo ha sido violada”, en referencia a la toma del poder por parte del Ejército.
Los Hermanos Musulmanes, que ahora están prohibidos, dijeron que no abandonarán las protestas callejeras que han realizado para presionar al Ejército para que restituya a Mursi.
Despliegue de seguridad
Pero un fuerte despliegue de seguridad en todo el país sirvió como un recordatorio de una represión previamente este año, en la que cientos de seguidores de Mursi murieron y miles fueron detenidos.
La televisión estatal egipcia transmitió imágenes de Mursi en una jaula en la corte. Se trató de su primera aparición pública desde que fue derrocado por el Ejército.
La emisión, que no tenía audio, también mostró a Mursi dejando el tribunal en una camioneta blanca rodeado de efectivos de seguridad.
Los periodistas no pudieron ingresar sus teléfonos a la sala de la corte montada en una sede policial de El Cairo.
Durante su aparición, Mursi hizo el gesto de los Hermanos Musulmanes con la mano para expresar su disgusto con una incursión en agosto contra un campamento de protesta por parte de las fuerzas de seguridad, que mataron a más de 200 personas en el momento de mayor represión contra los islamistas.
Mursi y otros 14 islamistas enfrentan cargos de incitar a la violencia, vinculados con las muertes de casi una decena de personas en enfrentamientos afuera del palacio presidencial en diciembre, después de que el ex mandatario enojó a sus opositores con un decreto que expandía sus poderes.
Los medios estatales dijeron que Mursi sería trasladado a la prisión de Borg al-Arab, en Alejandría. Más temprano, una fuente de seguridad había dicho que sería transferido a la famosa cárcel de Tora, en El Cairo.
Los aliados occidentales han estado consternados por el regreso de los militares al poder en Egipto, lo que llevó a Washington a cortar parte de la ayuda militar y a solicitar juicios justos y transparentes para todos los egipcios.
El levantamiento popular que derrocó a Mubarak en 2001 elevó las esperanzas de que Egipto apoye la democracia y los derechos humanos y finalmente logre una prosperidad económica.
En cambio, la lucha de poder entre los Hermanos Musulmanes y el Gobierno respaldado por el Ejército ha creado más incertidumbre en el país aliado de Estados Unidos, que tiene un tratado de paz con Israel y controla el Canal de Suez, una ruta vital de comercio global.
Su enfrentamiento ha perjudicado el turismo y la inversión.
Los Hermanos Musulmanes ganaron todas las elecciones desde la caída de Mubarak e impulsaron a Mursi al poder, después de que el movimiento islamista sufriera una dura represión bajo los dictadores que gobernaron anteriormente el país.