La molestia causada por el espionaje estadounidense tiene sus primeros debates en el seno de la Organización de Naciones Unidas, con Brasil y Alemania como los principales indignados.
Ayer en Nueva York, la tercera comisión de la Asamblea General de la ONU comenzó a estudiar una propuesta de resolución impulsada por ambas naciones que busca poner fin al espionaje a gran escala y el respeto al derecho a intimidad individual.
“En los últimos meses informes sobre vigilancia masiva a las comunicaciones privadas y la recolección de datos privados ha causado alarma en todo el mundo”, dijo el embajador alemán, Peter Witting, al presentar el proyecto de resolución.
Brasil y Alemania llevan meses trabajando en esta resolución al calor del escándalo generado por las denuncias de espionaje a gran escala de los servicios de inteligencia de Estados Unidos a partir de las revelaciones del ex técnico de la CIA, Edward Snowden.
Esas revelaciones han elevado las críticas de países como Brasil y México y más recientemente de líderes europeos como la canciller alemana, Angela Merkel, mientras el diario británico The Guardian ha revelado que Estados Unidos llegó a espiar a 35 mandatarios mundiales.
Brasil y Alemania solicitaron al Alto Comisionado de Derechos Humanos que haga recomendaciones “concretas” sobre cómo se puede proteger mejor el derecho a la privacidad, “incluido en el contexto de la vigilancia extraterritorial”.
El proyecto de resolución resalta la “preocupación” por las consecuencias sobre los derechos humanos que tienen la vigilancia e interceptación de las comunicaciones, así como la recogida de datos personales.