El Ejército israelí se mantiene hoy en alerta máxima a lo largo de la frontera con Líbano después de que el grupo chiíta libanés Hezbolá amenazó con vengar un ataque aéreo israelí contra un convoy que transportaba misiles desde Siria.
El Comando del Norte del Ejército israelí, responsable de la frontera de Israel con Líbano y Siria, ordenó anoche elevar el estado de alerta de las fuerzas estacionadas en la línea fronteriza y recomendó a sus ciudadanos permanecer lejos de ese lugar por temor a un ataque.
“El Ejército ha ordenado a los agricultores en los pueblos del norte alejarse de la frontera. La preparación y vigilancia se refleja en el movimiento de vehículos militares en las comunidades cercanas a la valla (de separación)”, informó la radio del Ejército israelí.
El estado de alerta máxima fue emitido tras la amenaza del Hezbolá, que aseguró que “elegirá el momento, el lugar y la forma adecuadas para responder” al último bombardeo israelí contra territorio libanés, el primer ataque en ocho años.
La noche del lunes pasado, aviones de combate israelíes atacaron una posición del Hezbolá, al parecer un cargamento de armas, cerca de la zona de Janta, cerca del valle de la Bekaa, en la frontera entre Siria y Líbano, sin causar víctimas.
“Esta nueva agresión es un ataque flagrante contra Líbano y su soberanía y territorio. La Resistencia (Hezbolá) elegirá el momento, el lugar y la forma adecuadas para responder”, advirtió el grupo chiíta en un comunicado, citado por la televisión libanesa Al Manar.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sostuvo el martes pasado que su país “hará todo lo necesario para defender a sus ciudadanos”, sin hacer una referencia explícita al bombardeo contra Hezbolá.
El gobierno israelí ha manifestado en varias ocasiones que recurrirá a medidas militares para evitar la entrega de armamento por parte de Siria a Hezbolá, que combate en Damasco del lado del régimen sirio contra los grupos opositores armados.