El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue absuelto el miércoles por el Senado de su histórico juicio político, un triunfo para el mandatario republicano en pos de la reelección tras un amargo proceso que dejó en evidencia la polarización del país.
Trump, el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en ser sometido a un proceso de destitución después de Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998, fue exonerado luego de ser acusado por la oposición demócrata de buscar la ayuda de Ucrania en beneficio de su reelección en noviembre, así como de tratar de bloquear la investigación sobre el tema.
El Senado de mayoría republicana votó 52-48 el miércoles para absolver a Trump de abuso de poder y 53-47 para librarlo de la acusación de obstrucción del Congreso, los dos cargos en su contra aprobados el 18 de diciembre por la Cámara de Representantes controlada por los demócratas.
Pero esta victoria política se vio apenas ensombrecida por la deserción de un prominente republicano: Mitt Romney, el republicano derrotado por Barack Obama de las presidenciales de 2012, un revés para Trump que se jacta de haber unificado tras de sí al “Gran Viejo Partido”. Todos los demócratas votaron en bloque en su contra.
En una votación solemne seguida en vivo por televisión por decenas de millones de estadounidenses, ninguno de los cargos alcanzó la supermayoría de 67 votos requeridos por la Constitución para una condena.
“Dos tercios de los senadores presentes no lo declararon culpable, el Senado determina que el demandado Donald John Trump, presidente de Estados Unidos, no es culpable de los cargos”, dijo el presidente de la Corte Suprema John Roberts, quien dirigió el juicio.
La Casa Blanca dijo que el presidente había recibido “plena reivindicación y exoneración” en su juicio político. Después de la absolución del Senado “el presidente se complace en poner este último capítulo de comportamiento vergonzoso de los demócratas en el pasado”, dijo la portavoz Stephanie Grisham.