Por Emilia Recéndez Guerrero
Como en otras ocasiones, en un día cercano al 8 de marzo, fecha en que se conmemora el día Internacional de la mujer, participo para comentar con ustedes el contenido de un libro de mi autoría titulado: Zacatecanas en el devenir de la historia siglo XVIII, XIX y XX, el cual es el resultado de las investigaciones realizadas por varios años, en diversos repositorios locales, nacionales y españoles. El objetivo principal del texto es contribuir a la visibilización de las mujeres como actoras activas de la sociedad zacatecana. Ellas son objetos y sujetos de las historias narradas en el libro, ya que como responsables del hogar y del cuidado de la familia, fueron y continúan siendo reproductoras de hábitos, creencias, costumbres y valores, con los cual dejan de ser simples receptoras de ideas para convertirse en actoras de nuevas acciones, nuevas visiones no siempre apegadas al “deber ser” que la sociedad les impone, consideradas por ello en algunos casos: trasgresoras.
El libro es una compilación de diversos artículos, capítulos de libros colectivos o individuales, que algunos ya fueron publicados en otros espacios, sin embargo, por su importancia y porque muchos no han circulado en Zacatecas, los he reunido aquí con la intención de que sean conocidos por un amplio público amante de la historia y la cultura. Utilizando metodologías y conceptos de la historia social como: la vida cotidiana, la historia de la cultura, de las mentalidades, de los sentimientos, de la educación, incluyendo la perspectiva de género, me he permitido dar voz a mujeres de diversos estratos socioeconómicos, para conocer sus vivencias, sus afanes, sus problemáticas, sus anhelos y también sus logros cuando los hubo.
La organización del texto es en cinco capítulos; en el primero, se trata de plantear un panorama general de la sociedad del siglo XVIII, reconstruyendo pasajes de vida de tres mujeres, (las fuentes no dan para hacer la biografía completa) a fin de conocer algunos de los problemas que vivieron, las interacciones que se daban entre hombres y mujeres, y de considerar la influencia que tuvieron (y continúan teniendo) las relaciones sociales y económicas en la resolución de las problemáticas. Así, tenemos por principio la historia de Catalina Álvarez de Valdez, mujer con ciertos recursos económicos, que supo cultivar relaciones sociales con los poderosos, tanto civiles como religiosos de este centro minero y que sin embargo, los problemas en que se involucró acabaron con su reputación y finalmente con su vida; luego la historia de Manuela Riveros Alias la Luzera, mujer desamparada y pobre acusada de hechicería y que al carecer de relaciones, no se llevó a cabo su juicio en tiempo, por lo cual permaneció en la cárcel por más de dos años sin justificación, al final liberada pero no sin recibir castigo; finaliza el capítulo con una mujer amante de las letras y la cultura, que mantuvo una prolífera correspondencia con un jesuita zacatecano, del que se encontraba enamorada, mujer audaz, decidida, administradora de sus bienes e inteligente, que no por ello obvio el amor, que la inspiro a escribir aquellas cartas que dan testimonio de un pasaje de su vida.
En el capítulo dos, se aborda el tema de la educación femenina en los siglos XVIII y XIX, presentando las limitaciones o pocas oportunidades que hubo para la instrucción de niñas y jóvenes en una ciudad minera, así mismo, las instituciones particulares destinadas a la educación de ellas, considerando lo que se enseñaba, las normas y rutinas de aquellas escuelas y su poco impacto en algunos casos. También se ofrece en el capítulo un estado del arte de los estudios que se han realizado en Zacatecas sobre educación.
El tercer capítulo está dedicado a la participación de las mujeres en los movimientos sociales, (principalmente Revoluciones de Independencia y Mexicana) considerando el contexto nacional, para aterrizar en el zacatecano, dicho capítulo es una síntesis de lo ya presentado en el libro Mexicanas al grito de guerra. Las mujeres en las Revoluciones sociales (1810 – 1910) publicado en 2012. Se incluyen nombres de mujeres que participaron en ambos movimientos tano a nivel nacional como local, considerando las destacadas, pero también a las de los sectores populares, en la medida que las fuentes lo han permitido.
Un cuarto capítulo nos acerca a los tiempos más recientes, rastreando la participación de las mujeres en la vida cultural y en el mundo de las letras, encontramos a la prensa como primer medio que les dio oportunidad de hacer pública su escritura. Se presenta el contexto general en que se dio la participación femenina en la prensa, se fija la atención en México y finalmente se aterriza en Zacatecas, para lo cual se sigue una línea cronológica a partir del siglo XIX. Se rescatan algunos escritos femeninos, destacando la participación de las zacatecanas en una exposición realizada en Chicago en 1893. Y finaliza el capítulo con un apartado sobre la relación entre prensa y publicidad, donde las mujeres, van apareciendo paulatinamente a través de dibujos, para vender diversos artículos tanto personales como para el hogar, proceso que continúa hasta convertir sus cuerpos en objetos utilizados por la publicidad.
El libro cierra con el capítulo cinco, donde se abordan tres temas del siglo XX: primero la participación de las mujeres en el proceso migratorio, que se da desde el siglo XIX, y se acrecentará en el trascurso del XX. Luego el tema de la participación de las mujeres en la vida política, último resquicio del poder, considerado todavía por muchos como el espacio menos apto para ellas; un primer apartado muestra la participación de las mujeres en el nivel municipal que puede considerarse sin trascendencia, pero que abrió la puerta para que más tarde otras se animaran a entrar en la política de lleno como se observa en la última parte del capítulo y por tanto del libro. La selección de los estudios aquí presentados, se ha realizado llevando a la práctica las palabras de Marcela Lagarde de: “presentar a todas las mujeres, de los diversos grupos sociales y a la vez a mujeres únicas en su tiempo y su espacio”. De tal manera que si usted se anima a leer el libro, en él encontrará diversas mujeres: las insumisas, las ingenuas, las explotadas y pobres, las pioneras, las educadas, las poetas, las iletradas, las valientes, las que abrieron camino, se trata de un abanico de mujeres que han vencido la invisibilidad.