Reuters.- El número de desastres, como inundaciones y olas de calor, impulsados por el cambio climático han aumentado cinco veces en los últimos 50 años, con un saldo de la muerte de más de 2 millones de personas y un costo de 3.64 billones de dólares en pérdidas totales, informó esta mañana un organismo de la ONU.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) elaboró un Atlas, en el cual hizo una revisión jamás producida de la mortalidad y las pérdidas económicas por fenómenos meteorológicos, hídricos y climáticos extremos.
El documento examina unos 11,000 desastres ocurridos entre 1970 y 2019, incluidas catástrofes importantes como la sequía de 1983 en Etiopía, que fue el evento más fatal con 300,000 muertes, y el huracán Katrina en 2005, que fue el más costoso, con pérdidas de 163,600 millones de dólares.
La OMM, cuyo informe se publicó días después de que el huracán Ida azotó el sur de Luisiana, atribuyó la creciente frecuencia tanto al cambio climático como a la mejora de los informes de desastres.
“Gracias a la mejora de nuestro servicio de alerta temprana, hemos podido tener una disminución de las víctimas en este tipo de eventos, pero la mala noticia es que las pérdidas económicas han aumentado muy rápidamente y se supone que este crecimiento continuará”, dijo el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, en rueda de prensa.
“Vamos a ver más extremos climáticos debido al cambio climático y esta tendencia negativa en el clima continuará durante las próximas décadas”, agregó.
El informe mostró una tendencia acelerada, con un número de desastres que se multiplicó casi por cinco desde la década de 1970 hasta la década más reciente, lo que se suma a las señales de que los eventos climáticos extremos se están volviendo más frecuentes debido al calentamiento global.
Los costos de los eventos también aumentaron de 175,400 millones de dólares en la década de 1970 a 1.38 billones de dólares en la década de 2010 cuando tormentas como Harvey, Maria e Irma arrasaron Estados Unidos.
Pero si bien los peligros se volvieron más costosos y frecuentes, el número anual de muertes ha caído de más de 50,000 en la década de 1970 a alrededor de 18,000 en la de 2010, lo que sugiere que una mejor planificación está dando sus frutos.
La OMM espera que el informe, que ofrece un desglose regional detallado, se utilice para ayudar a los gobiernos a desarrollar políticas para proteger mejor a las personas.
Más del 91% de los 2 millones de muertes ocurrieron en países en desarrollo, según el informe, y señaló que solo la mitad de los 193 miembros de la OMM tienen sistemas de alerta temprana multirriesgos.
También dijo que “graves lagunas” en las observaciones meteorológicas, especialmente en África, estaban socavando la precisión de los sistemas de alerta temprana.
Mami Mizutori, jefa de la oficina de la ONU para la reducción del riesgo de desastres, instó a las principales economías del mundo a ayudar a los países en desarrollo más afectados a invertir en sistemas de alerta y modelos de riesgo.